lunes, 23 de septiembre de 2013

Apple post-Jobs

Steve Jobs fue un visionario, capaz de liderar el diseño de productos revolucionarios y de sacar lo mejor de los equipos que dirigía. Fue el genio que convirtió Apple en una empresa centrada en los pequeños dispositivos, en la integración de software y hardware, en perseguir una experiencia de uso sin igual. Sus ideas, las de sus equipos, han sembrado el futuro de la empresa y han creado la base de los próximos 10 o 20 años. El iPod, iTunes, el iPhone/iPad, la AppStore, el OSX, el iOS, iCloud han marcado claramente el camino de los próximos productos. Se llamen iWatch, iTV o iGlasses (por decir algo).

Steve Jobs también se equivocó muchas veces. Dio el visto bueno a malas ideas como Ping o a malas ejecuciones como MobileMe. Imprimió a Apple un sello de exclusividad (Think different) que sirvió en su momento, pero que ahora pesa más que ayuda.

Pero Steve Jobs era sólo una de las muchas personas que hicieron posible el milagro de Apple. Junto a él Tim Cook consiguió meter la siguiente marcha en la producción de la empresa. Fue el perfecto gestor de operaciones que hizo posible convertir Apple en una máquina de relojería capaz de producir millones de unidades de iPods y iPhones y de gestionar con mano firme las relaciones con suministradores o distribuidores. Los perfectos diseños del equipo de Jonathan Ive o el avanzado (a veces) software de la gente que venía de NeXT fueron también imprescindibles en el éxito de los productos.

¿Qué va a pasar ahora? Tim Cook se ha convertido en un excelente director de orquesta con algo de sensibilidad para el diseño de los productos (algo debe haber aprendido en estos años) y con una obsesión en satisfacer la experiencia final del usuario (por ejemplo, su actitud fue ejemplar en el fiasco de los mapas del año pasado). Su estilo de dirección parece menos autoritario que el de Jobs, menos partidario de personalismos y más facilitador de colaboración y comunicación (el despido de Forstall y la estupenda relación entre Ive y Federighi, por ejemplo). El vídeo Our signature representa perfectamente este nuevo estilo.

Me parece que Apple post-Jobs va a seguir siendo un ejemplo de ejecución excelente, tanto en software como en hardware. Pero además va a aprovechar y exprimir las oportunidades claras, aunque sean en mercados y productos a priori saturados como las consolas o los ordenadores de sobremesa. Y sobre todo, va a dejar de escuchar durante unos años los cantos de sirena que llaman a innovar por innovar, sin ningún otro motivo. Ya innovó bastante Steve Jobs.

Apple post-Jobs es mejor. No depende de las decisiones de un genio, es menos vulnerable, más centrado en los clientes, más abierto, más estable.

Ahora hay que consolidar, y contentar a clientes y usuarios de servicios. Poner en valor los increíbles últimos 12 años para demostrar que Apple no va a ser ni RIM ni Nokia.